Cómo me llamaron tanto la atención y para bien, decidí publicar acá estas palabras del ex Presidente francés, Valéry Giscard D’Estaing:
“(…) Yo soy católico, le dije (al Papa Juan Pablo II, durante una entrevista en El Vaticano), pero soy presidente de la República de un Estado laico. No puedo imponer mis convicciones personales a mis ciudadanos (…), sino (más bien lo) que tengo que (hacer es) velar porque la ley se corresponda con el estado real de la sociedad francesa, para que pueda ser respetada y aplicada. Comprendo, desde luego, el punto de vista de la Iglesia Católica y, como cristiano, lo comparto. Juzgo legítimo que la Iglesia pida a aquéllos que practican su fe que respeten ciertas prohibiciones. Pero no es la Ley Civil la que puede imponerlas con sanciones penales, al conjunto del cuerpo social. –y añadía- Como católico estoy en contra del aborto, como presidente de los franceses considero necesaria su despenalización”.Qué lucidez la del tipo!!. Esto es lo que pretendo de mis gobernantes e inclusive de la iglesia :
No puedo imponer mis convicciones personales a mis ciudadanos (…), sino (más bien lo) que tengo que (hacer es) velar porque la ley se corresponda con el estado real de la sociedad ...
Juzgo legítimo que la Iglesia pida a aquéllos que practican su fe que respeten ciertas prohibiciones.
Y el razonamiento se aplica a temas ya tratados como fueron en su momento la ley de divorcio, la ley de matrimonio igualitario y a temas a tratar como el aborto y la despenalización del consumo de marihuna (y toda la lista de temas que podamos imaginar).
Me voy a tomar inclusive un atrevimiento, yo creo que hasta el mismo Jesús (al que admiro y lo creo un verdadero capo, capanga, tipo que sí la tenía clara) les dio una pista a sus futuros seguidores sobre como razonar en estos temas :
A Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César. Más claro no puede ser.