viernes, 13 de enero de 2012

La prensa...



Escribió Gurdjíeff en la primera mitad del siglo pasado :

»Las exigencias de la civilización contemporánea han engendrado
además una forma muy específica de la literatura, llamada periodismo.
»No puedo dejar de hablar de esa nueva forma literaria, porque,
aparte del hecho de que no trae absolutamente nada bueno para el desarrollo
de la inteligencia, se convirtió, según mi opinión, en el mal de
este tiempo, en el sentido de que ejerce la influencia más funesta sobre las
relaciones mutuas de los hombres.
»Esta especie de literatura se ha difundido mucho en estos últimos
tiempos, y tengo la firme convicción de que es así porque corresponde, en
la mejor forma posible, a las debilidades y a las exigencias que determina
en los hombres su creciente falta de voluntad. Termina así por atrofiar la
última posibilidad de adquirir los datos que les permitían hasta entonces
tomar más o menos conciencia de su individualidad real -único medio de
llegar al recuerdo de sí, factor éste absolutamente indispensable para el
proceso de perfeccionamiento de sí.
»Para decirlo todo, esta literatura cotidiana, sin principios, aisla
completamente el pensamiento de los hombres de su individualidad, de
manera que la conciencia moral, que todavía aparecía en ellos de vez en
cuando, deja ahora de tomar parte en su pensamiento. Y desde ese
momento están privados de los datos que hasta entonces les habían
asegurado una existencia más o menos soportable, aunque sólo fuera en
el dominio de las relaciones recíprocas.
»Para desdicha de todos, esta clase de literatura, que invade cada año
más la vida corriente de los hombres, hace sufrir a su inteligencia, ya
bastante debilitada, un debilitamiento todavía peor, pues la entrega sin
resistencia a toda clase de engaños y errores los hace perderse a cada paso,
los desvía de cualquier modo de pensar, mal que bien fundado, y en vez
de un juicio sano, estimula y fija en ellos ciertas tendencias indignas tales
como: incredulidad, rebelión, miedo, falsa vergüenza, disimulo, orgullo,
y así sucesivamente.
»A fin de describirle sumariamente todo el daño que hace al hombre
esta nueva forma de literatura, le contaré varios acontecimientos
desencadenados por la lectura de los periódicos, y de cuya realidad no
tengo duda, ya que el azar quiso que yo participara en ellos.
»En Teherán, uno de mis amigos íntimos, un armenio, me había
designado al morir como su ejecutor testamentario.
»Tenía un hijo, ya de alguna edad, que se veía obligado por sus
negocios a vivir con su numerosa familia en una gran ciudad europea.
»Ahora bien, al día siguiente de una comida fatal, fueron hallados
todos muertos, él y todos los miembros de su familia. En calidad de
albacea testamentario, tuve que ir inmediatamente al lugar de este
horrible acontecimiento.
»Supe que, en los días anteriores, el padre de esta desdichada
familia, había leído en uno de los periódicos que recibía un largo
reportaje sobre una chacinería modelo, donde se preparaba con una
limpieza sin igual unas salchichas hechas, según decían, a base de productos
garantizados como verdaderos.
»A1 mismo tiempo, él no podía abrir ese periódico, al igual que
cualquier otro, sin encontrarse con anuncios que recomendaban esa nueva
chacinería.
»Por fin, la tentación se hizo irresistible, y a pesar de que no le
gustaban mucho las salchichas —como tampoco a ninguno de los
suyos, porque habían sido educados en Armenia, donde no se come
chacinería— no pudo impedirse comprarlas. La misma noche cenaron con
ellas y se envenenaron todos.
»Sorprendido por este extraordinario acontecimiento, logré luego,
con ayuda de un agente de la policía secreta, descubrir lo siguiente:
«Cierta firma importante había adquirido a muy bajo precio un
enorme lote de salchichas destinadas al extranjero, las que, a causa de un
atraso en la expedición, no habían sido aceptadas. Para deshacerse lo más
pronto posible de esas existencias, dicha firma no había escatimado el
dinero a los reporteros a quienes había confiado el cuidado de esa
maléfica campaña en los periódicos.

de Encuentros con Hombres Notables.

Georges o George Ivanovich Gurdjíeff
(Alexandropol,14 de enero de 1872 – París, 29 de octubre de 1949) 

9 comentarios:

  1. Juaz, que personaje el pelado. Pero la tenía clara ya en esa época.
    En la secundaria me iba al último asiento para leerme los "Fragmentos de una enseñanza desconocida".

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  2. Tal cual Daniel... un personaje, que le sacó la ficha no sólo a su época. Si bien no soy seguidor directo de sus planteos filosóficos lo que he leído me merece admiración y respeto. Un verdadero buscador, de cuando Google no existía y si querías encontrar algún vestigio de una verdad distinta a la de tu cultura, tenías que organizar una expedición arqueológica y atravesar regiones entre guerras y revoluciones.
    Saludos. PD: Qué lecturas las tuyas no?

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  3. De ahí pasé al siloísmo pero mientras tanto leía a los existencialistas.
    Saludos.

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  4. Imposible no relacionar esta lectura con las cuestiones del "relato" y la pelea con Clarín.
    Yo creo que la prensa "debería" informar. Así como los policías "deberían" cumplir la ley y tantas otras cuestiones que forman parte de presupuestos instalados y no se verifican luego en la realidad. Digo, porque me parece imposible pretender que todos se ocupen de las lecturas y de las reflexiones que necesariamente surgen de ellas que nos permitan comprender una realidad tan pero tan complicada.

    Gracias, porque no lo conocía al Gurdjíeff este. Vamos a ver qué encontramos...

    Abrazos.

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  5. Ricardo, no he leido mucho de el, pero el libro de donde extraje los párrafos estos lo he leído un par de veces. Es una especie de autoviografía, donde resalta a los hombres que se ha cruzado en su vida- Lo recomiendo.
    Saludos

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  6. En una época me partía la cabeza leerlo, hoy lo veo tan lejano... ¿será porque yo cambié, será que cambiaron los tiempos o será un poco de todo? Es retórico, no importa.
    Un abrazo.
    HD

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    Respuestas
    1. Humberto, creo que los tiempos han cambiado, y seguramente también cambiamos nosotros. Personalmente nunca pude adentrarme en los escritos del susodicho, menos con "Encuentro con hombres notables", que hasta me parece un libro de aventuras.
      Saludos

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  7. Asu. Tremendo.

    Pd: Te invito a que visites mi blog de cine, ahí también publico cuentos míos.

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